La fauna urbana (parte uno)

Mi lectura más reciente – del tema del ambiente – consiste de tres libros examinando la fauna, ambos la omnipresente y la esquiva, de los paisajes urbanos. Como siempre, estoy interesado en comparar perspectivas de mí California natal y mi nuevo hogar en Chicago. Lo que me pareció más interesante con estos libros era que contradijeron algunos de los temas que pensé eran verdades esenciales sobre el ambiente urbano, como lo necesario es erradicar las especies invasivas (exploramos ese tema y otros más tarde). Primero, hablamos sobre fauna urbana (el tema de parte uno) y la razón para considerarla (parte dos).

El ambiente urbano puede parecer inhóspito para cualquier otra cosa que no sean los humanos, aunque puede ser inhóspito para nosotros a veces (por ejemplo “heat island effect” – cuando la temperatura es más caliente en los centros por los edificios y calles asfaltos). Pero hay mucha naturaleza floreciendo junto a nosotros, si sabes como buscarlo.

Lo exótico

Night on Earth, una serie de Netflix que revela los hábitos de los animales por la noche en ecosistemas diferentes, tiene un episodio dedicado a las ciudades (“…los lugares más antinaturales en el planeta…hostiles a la fauna, pero la noche es una historia diferente.”). En el episodio, una manada de elefantes se desliza por un pueblo que divide en dos su antigua ruta migratoria; los leopardos acechan las calles en Mumbai, India; y una compañía de 700 macacos invaden las calles en Lopburi, Tailandia.

Mientras Chicago no tiene especies tan exóticas como elefantes, leopardos o monos, es el hogar de un animal que no está asociado con el urbano: los coyotes. En They Way of Coyote escrito por Gavin Van Horn, los coyotes y su presencia en la ciudad son el tema del texto. Van Horn dice, “los coyotes no solo están en los bordes más externos de la ciudad. Están en el centro. Coyotes se están mudando voluntariamente a Chicago.” Sobrevivir y prosperar en el centro debido a su “conductual plasticidad, lo que significa que son adeptos a cambiando sus comportamientos para adaptarse a su contexto ambiental,” algo que explicaré más en una publicación futura.

Lo esquivo

Nunca he visto un coyote en Chicago, y es casi imposible que lo haga, considerando su aptitud para mantenerse invisible (aunque una vez encontré un murciélago en la ciudad). Sin embargo, rara vez salgo afuera sin encontrar unas plantas o animales que aparecen en Unseen City (escrito por Nathaneal Johnson): ardillas, palomas, caracoles, malas hierbas, etc. que se encuentran Johnson en su hogar de San Francisco. Estas criaturas son tan comunes (ignoradas en el mejor caso, vilipendiadas en el peor) que es difícil imaginar por qué alguien tomaría un interés en ellas.

Un día llegué a casa y encontré una avispa comiendo una araña sacó de la esquina de mi ventana.

Pero como Johnson dice, “el disgusto no es lo peor lugar para comenzar una investigación.” Una parte de aceptar y abarcar la fauna en las ciudades es entender que no siempre sería linda. Johnson dice que la naturaleza “puede ser grotesca, puede ser cruel, y puede ser cómica. Si los humanos esperan a conseguir una relación harmonía con el mundo natural, tenemos que verla en total: asombrosa, sucia, e inspirando, y molesta al mismo tiempo.” A pesar de todo, cuando vivimos en la ciudad ¿podemos decir que estamos viviendo en el mundo natural?

Lo que inicialmente me llamó la atención sobre estos libros fue cuánto comenzaron los autores justificando su interés por la ecología urbana. Cada autor lucha con el escepticismo anticipado de que su trabajo de estudio de coyotes en Chicago o ardillas en San Francisco es tan valioso como ir a regiones remotas de la selva amazónica para ver si queda algo que no hayamos encontrado.

Los científicos viviendo en las ciudades están explorando la fauna encontrada en sus propios hogares.

Lo humano

Una monarca disfrutando el sol en el parque cerca de mi depto.

Porque es común equiparar la fauna con espacios vastos tan lejos de influencia humana, espacios distribuidos por los humanos (como las ciudades) no vienen a la mente. Pero como Menno Schilthuizen dice en When Darwin Comes to Town, “cuando hablando sobre la naturaleza, porque siempre excluimos implícita o explícitamente a los humanos de la ecuación?” Es tan fácil menospreciar los impactos humanos en el ambiente. Pero si continuamos a ponernos afuera, nuestro desapego del mundo natural podría conducir a la explotación y el saqueo continuos. Trayendo nosotros en la ecuación, incluso las ciudades, puede ayudar con tantos impactos climáticos encontramos hoy.

Considerando cuántos de nosotros vivimos en una ciudad (68% de la población mundial en 2050 dice la ONU), deberíamos empezar a pensar en maneras para coexistir e incluso alentar a otras especies. Después de todo, para muchos de nosotros, lo que encontramos en la ciudad es nuestro único acceso a la naturaleza. Regresa para la parte dos, donde discute por qué estudiar los ecosistemas urbanos es importante.